¿Cuál es la mejor tierra para cultivar genéticas de cannabis autoflorecientes?

¿Cuál es la mejor tierra para cultivar genéticas de cannabis autoflorecientes?

  • Las semillas de cannabis autoflorecientes son la opción perfecta para quienes se inician en el autocultivo de cannabis, y para quienes cultivan en climas frescos con veranos cortos.
  • La facilidad de cultivo y la resistencia de estas variedades está comprobada, pero tenemos que ofrecerles el sustrato adecuado. Veamos qué tierra necesitan las genéticas automáticas.

Las genéticas autoflorecientes son aquellas cuya floración ocurre de manera automática a partir del día 30 de la germinación de la semilla, independientemente del fotoperiodo. Los ciclos de vida completos de estas variedades suelen ir de dos a tres meses. Esta rapidez, y la falta de dependencia de cambio de fotoperiodo, las convierten en genéticas de cultivo más sencillas que las feminizadas. Pero para mantener la facilidad del cultivo hay que ofrecerles el sustrato adecuado, y mantenerlo de manera correcta durante todo el proceso. Recordemos que su corto ciclo de vida deja poco margen para reparar los errores, de ahí la importancia de cometer los menos posibles. En este post os damos una receta de sustrato, para no tener que usar fertilizantes líquidos durante el cultivo, y alimentar vuestras plantas solo con agua.

Las genéticas autoflorecientes agradecen el sustrato oxigenado

Las variedades de cannabis autoflorecientes necesitan que la tierra esté bien aireada para facilitar la oxigenación de las raíces. Una opción pueden ser las macetas con agujeros en los laterales. Pero, y aún habiendo elegido ese modelo de tiesto, para conseguir esta correcta aireación, será necesario añadir a la tierra perlita o fibra de coco, para impedir que la tierra se apelmace. En qué proporciones añadir estos elementos, es algo que os contamos en el último punto de este post, donde os recomendamos una receta para elaborar la tierra perfecta para vuestras autos.

Aún cuando la aireación del sustrato es importante durante todo el proceso, es durante el primer mes, mientras dura la etapa vegetativa, cuando es vital esa oxigenación. ¿Por qué? Porque cuanto más oxigenado esté el suelo, más se acelerará el proceso metabólico de la planta, y por lo tanto, crecerá más en ese corto periodo de tiempo (la etapa vegetativa en las autoflorecientes dura alrededor de 30 días).

Mientras que las genéticas feminizadas dan más margen durante el periodo de crecimiento, sujeto a cambios lumínicos, no ocurre tal cosa con las automáticas, cuyo tiempo para crecer viene predeterminado en sus genes, y comenzarán la floración, juguemos con la exposición a la luz o no, a partir del segundo mes. De ahí que sea importante aprovechar al máximo ese primer mes de crecimiento, manteniendo en todo momento el sustrato aireado. Si encharcamos el suelo, la autoflorecientes podrían detener su crecimiento durante este exceso de humedad.

Además, y aún cuando no todas las autoflorecientes son iguales, y dependerá de cada variedad en concreto, la mejor tierra para cultivar genéticas autoflorecientes suele ser la ligera: aquella carente de alimento y poco compacta. Habitualmente no son las autos unas variedades que gusten de mucha fertilización. Claro que no podemos comparar una Moby Dick XXL Auto, muy buena productora y por lo tanto glotona, con una Bubba Kush Auto, por ejemplo, cuya alimentación debería ser más parca.

Días de sequía para estimular las raíces de las autoflorecientes

Controlar el riego es imperativo para el correcto desarrollo de las genéticas de cannabis autoflorecientes. Si les damos demasiada agua, no crecerán: odian los excesos de humedad. De ahí la importancia de regarlas en menor cantidad, pero con frecuencia. Durante la etapa vegetativa recomendamos para ello regarla un día sí, un día no. ¿Por qué? Porque así las raíces se expanden y crecen en búsqueda de humedad, y además se desarrollan correctamente al tener oxígeno suficiente, cuando no están húmedas.

Y es que, solo encuentran el oxígeno cuando no hay agua. Así que si están demasiado húmedas permanentemente, las raíces quedarán pequeñas, y en consecuencia lo hará también la planta. Además, como se propagan para buscar agua, es bueno no regar el tallo, sino los contornos del tiesto. Esto hace que las raíces tengan que crecer y desarrollarse en horizontal para buscar el agua, y por lo tanto se formen más grandes. Un truco puede ser dividir mentalmente la maceta en dos, y regar a cada vez solo uno de los semicírculos, para que una de las mitades tenga siempre oxígeno, por ejemplo. No obstante, y como siempre, estad atentos a lo que os piden porque cada variedad es diferente.

Receta de sustrato para genéticas autoflorecientes para todo el periodo de cultivo

Os recomendamos elaborar un tipo de sustrato que no necesite aplicar fertilizantes líquidos durante el cultivo. Para ello, tenemos que asegurar que la tierra tenga alimento para todo el ciclo desde el principio. Entonces, ¿qué podemos añadir a la tierra plana que comentábamos antes para que la planta tenga alimento suficiente durante todo el ciclo? En Dinafem somos partidarios de añadir una fertilización orgánica como supersoil o hummus de lombriz. En el caso del supersoil, se trata de una preparación que ya tiene en sí misma todo lo necesario para alimentar a la planta. El caso del hummus de lombriz, es un fertilizante orgánico que, al mezclarlo con la tierra cuando preparamos la maceta, proporcionará a las plantas todo el alimento que necesitan de principio a fin. Se considera que tiene todos los nutrientes necesarios para su crecimiento, y proviene de los excrementos de las lombrices. La principal diferencia entre ambos es que aún cuando no hay problema en pasarnos de más con la dosis del hummus de lombriz, sí quemaremos las plantas por sobrefertilización si nos excedemos con el supersoil.

En ambos casos, hay que mezclar estos fertilizantes con la tierra. Recomendamos que estos complementos supongan un cuarto del sustrato total de la maceta, y aconsejamos también ponerlo al fondo del tiesto. De este modo, la raíz principal de la planta solo podrá acceder al él cuando haya crecido, y así evitamos el riesgo de quemar las raíces de la planta por sobre fertilización cuando es demasiado pequeña.

Receta de sustrato para autoflorecientes con hummus de lombriz

El tamaño de la maceta puede oscilar entre los 11 y los 17 litros. A más grande el tiesto, más grande será, casi seguro, la planta resultante. Dado que el crecimiento de las plantas de cannabis autofloreciente no suele superar los 30 días, no solemos recomendar macetas de tamaños mayores, porque el corto periodo vegetativo no dará tiempo a aprovechar el sustrato en su totalidad. Con un recipiente de menos de 20 litros, tendremos suficiente. Aquí debajo os dejamos las proporciones para los diferentes elementos del sustrato.

  • 50% de la capacidad de la maceta de tierra plana (tierra simple, sin fertilizantes ni nutrientes añadidos)
  • 25% de perlita o fibra de coco para mantener la tierra aireada.
  • 25% de hummus de lombriz: no mezclarlo con el otro 75%, y procurar colocar la mayor parte en la parte inferior de la maceta, para que la planta solo acceda al hummus cuando esté más madura.
  • Micorrizas: esto es opcional. Quienes quieren potenciar el enraizamiento de las plantas, pueden aplicar estos hongos naturales. Que las micorrizas no superen un tercio del sustrato total.

Receta de sustrato para autoflorecientes con supersoil

El supersoil es un sustrato en sí mismo que ya tiene la tierra, los materiales de oxigenación (perlita, fibra de coco u otros), y los fertilizantes y nutrientes necesarios para alimentar a la planta durante todo el ciclo. Podemos elaborarlo nosotros (os enseñamos cómo hacer supersoil en este post), o comprarlo en algún grow. Es frecuente encontrar ya supersoil preparado en las tiendas de cultivo. Si nos decantamos por e´l, aquí va nuestro consejo para las autoflorecientes.

  • Añadirle un extra de aireación: sumarle un 20% de perlita o fibra de coco.
  • Añadirle un 20% de tierra plana de esta manera: llenar la maceta con supersoil y hacer un hueco en el centro. Ahí colocamos la tierra plana o turba, y metemos la semilla o el jiffy donde la hemos germinado. De este modo, cuando la raíz es pequeña no se alimentará de supersoil, sino de tierra y agua, y evitaremos que las plantas se quemen por sobrefertilización. A partir de la tercera semana, cuando el sistema radicular de la planta vaya expandiéndose, se encontrará el supersoil y agradecerá el alimento. Si usamos una maceta de 17 litros, por ejemplo, que 15 litros sean supersoil y dos sean tierra.

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